- 500 g de calabaza
- 200 g de rúcula
- 100 g de queso parmesano
- aceite de oliva
- vinagre balsámico
- sal
- pimienta
Cortar la calabaza en rodajas gruesas, retirar la piel con cuidado y disponerla en una bandeja de horno untada con sal y aceite de oliva. Asar las rodajas de calabaza en el horno, precalentado a 180ºC, durante 40 minutos. Retirar.
Lavar la rúcula, escurrir y secar, ponerla en una fuente y sazonar con sal, pimienta, aceite de oliva y vinagre al gusto.
Añadir unas virutas de queso parmesano y la calabaza fría o tibia. Servir.
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